Tal vez hace trece años este cine de animación asombraba por lo innovador y por su perfección visual. Sin embargo, al visionar "Buscando a Dory" no puedo evitar cierta sensación de fórmula agotada. Es necesario un paso más, o un paso hacia una nueva dirección.
La peli es bonita y entretiene pero ya no sorprende.
Por momentos el humor es excesivamente infantil y simplón.
Sus mejores momentos son aquellos que parecen estar más destinados al público adulto, en el que se viaja por las emociones de los personajes.
Hace falta un nuevo Pixar, seguramente menos hiperrealista y más expresionista, como las pelis de "Coraline" o "ParaNorman" , mucho más originales, atrevidas e innovadores, y por ello, más memorables.