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Spain Spain · Madrid
Pedro rating:
6
Man on Wire
2008 United Kingdom
Documentary, Self: Philippe Petit
7.4
11,887
Documentary On August 7th 1974, a young Frenchman named Philippe Petit stepped out on a wire illegally rigged between New York's twin towers, then the world’s tallest buildings. After nearly an hour dancing on the wire, he was arrested, taken for psychological evaluation, and brought to jail before he was finally released. Following six and a half years of dreaming of the towers, Petit spent eight months in New York City planning the execution of ... [+]
Language of the review:
  • es
April 25, 2009
10 of 13 users found this review helpful
Esta película posee no pocos méritos traídos de la mano de su director y guionista que sabe acoplar elementos documentales sostenidos en imágenes de archivo, entrevistas y reconstrucciones junto a características propias del thriller que además dotan de cierta tensión y suspense a la historia que se nos cuenta del funámbulo galo. Otro ingrediente destacable es la conjunción entre la música y las imágenes de Philippe Petit en la cuerda floja de un modo que rezuma poesía. Caminando sobre las nubes, etéreo, ajeno a la muerte, en comunión con el vacío, el espacio, el aire, se muestra al protagonista como un héroe inadaptado que necesita hacer lo que hace sin otra razón que respirar, sentirse así vivo.

Después, quizás el montaje se resiente algo en su estructura con demasiados flashbacks en lugar de acercarse a una exposición más lineal, una manía muy en boga últimamente en el cine moderno a pesar de ser en la mayor parte de los casos un recurso innecesario. Y aunque la realización es bastante buena, no puedo sino entrever una pequeña trampa, un truco del también mago Petit. En el fondo se nos está vendiendo una travesura ideada para buscar notoriedad como un canto al arte, a la libertad, a sentir lo que hace para llenarse a sí mismo.

"¡Mirad, un equilibrista allá arriba!", grita la novia de Petit, nos asegura ella que emocionada al ver que lo había conseguido y estaba allá, suspendido a más de 400 metros entre las torres del World Trade Center de Nueva York, la ciudad que quiere escapar al cielo. Sin embargo, es obvio que aquello no era sólo un ejercicio de poesía ni su grito realizado con la emoción como única motivación. Si ella no grita eso para ser escuchada por la gente que circulaba por allí, a esa distancia nadie hubiera visto lo que hacía su novio por encima de sus cabezas, y hubiese realizado su paseo sobre las torres gemelas en el más absoluto anonimato. Petit no buscaba simplemente realizarse a sí mismo, sino montar el escándalo, ser detenido por la policía, y alcanzar con ello la fama.

Merece aprecio pues el envoltorio fílmico y narrativo mérito de James Marsh que nos deja un trabajo más que interesante, pero no tanto el camuflaje un tanto exagerado, impostado, y pintado de tintes épicos, de una travesura que violaba la seguridad y la ley con el fin de dar a conocer al gran público allende los mares a un artista callejero del alambre que aprendió a desafiar a la fuerza de la gravedad en las calles de París.
Pedro
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