Homenaje al género blaxplotation de Tarantino en que adapta la novela Rum Punch de Elmore Leonard, combinándola con su propio imaginario particular plagado de influencias y referencias del mundo del cine.

En esta historia más sobria, hay menos diálogos llamativos y violencia y el guión resulta más crepuscular y se cuenta de forma más reflexiva y melancólica estableciendo de forma clara la psicología de los personajes, sus motivaciones y objetivos, pero contiene la misma esencia de obras anteriores.

La banda sonora esta perfectamente enlazada con las imágenes y resulta esencial, hasta el punto de haber momentos, transiciones o escenas que sólo se explican a través de la música y que de no ser por una canción en particular quizá no estarían en el montaje final.

La selección de actores también es otro punto fuerte, ya que aunque alguno pueda estar en horas bajas, con Tarantino siempre demuestran ser los adecuados para sus personajes.
Unos personajes fantásticos, ya sea por Ordell, un traficante que hará lo que sea para salvaguardar su negocio y que desprende frialdad y amenaza con cada gesto, o Max, buscando una cinta de los Delfonics después de la impresión que le deja Jackie, como forma de estar cerca de ella.

La narración es lineal y ofrece un ritmo más relajado, como la música, a excepción de la escena del intercambio que ofrece distintos puntos de vista de un momento rodada con maestría, y permanecen los diálogos naturales y el humor negro.

Se aprecia el paso del tiempo para los personajes y su conocimiento de que quizá no tengan una segunda oportunidad.