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mi_mo_ca rating:
6
5.7
10,768
Thriller
The story follows a burned-out Kern County deputy sheriff named Deke, played by Washington, who teams with a crack LASD detective (Malek), Baxter, to reel in a wily serial killer. Deke’s nose for the “little things” proves eerily accurate, but his willingness to circumvent the rules embroils Baxter in a soul-shattering dilemma. Meanwhile, Deke must wrestle with a dark secret from his past.
Language of the review:
- es
March 16, 2021
94 of 102 users found this review helpful
Un thriller con atmósfera de los años 90, y dos policías, uno en decadencia y con mayor experiencia y otro más joven y soberbio que buscan atrapar a un asesino en serie.
El ritmo y la cadencia están bien llevados y por momentos puede recordar a grandes ejemplos de temática similar de esa época, como por ejemplo Seven. Es esto lo que hace en parte que la película resulte algo engañosa o insatisfactoria en su tramo final, ya que su intención es muy distinta y se aleja de esos derroteros para optar por una línea más realista.
El ritmo y la cadencia están bien llevados y por momentos puede recordar a grandes ejemplos de temática similar de esa época, como por ejemplo Seven. Es esto lo que hace en parte que la película resulte algo engañosa o insatisfactoria en su tramo final, ya que su intención es muy distinta y se aleja de esos derroteros para optar por una línea más realista.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
No llega a explicar si el personaje de Jared Leto, que realiza una gran interpretación como secundario de lujo, es o no el asesino. En su lugar opta por la realidad, en la que no hay certezas y determinadas cosas es imposible saberlas.
En el guion hay tantos elementos que indican que si como elementos que indican que no, de modo que John Lee Hancock juega al despiste, por un lado, se burla de las autoridades y encaja con el perfil pero por otro realizó una confesión falsa años antes, algo que no encajaría a priori con un psicopata de esas características y que pueden hacer creer que es un perturbado al que le excitan esas cosas, pero no el hombre al que buscan.
Todo puede verse desde dos puntos de vista, cuando señala donde arrojó el cadaver, puede que simplemente lo oyera en la radio en la que había pirateado la frecuencia de la policia, trabajaba en el sitio de reparaciones, pero porque el encargado iba a mentir para protegerle, la testigo lo identifica, pero previamente se lo encuentra ya esposado lo que vicia la identificación, le dice al policía que suba a su coche (acto absurdo por parte del policía que se supone que si cree que es el asesino y podría llevarle a una trampa) y que le mostrará el lugar donde enterró el cuerpo, pero también dice que al día siguiente tiene que trabajar por lo que o sabe que no hay nada o le miente, y una vez allí juega con él haciéndole cavar hoyos y burlándose, además de que el peine rojo no estaba en su poder sino que se lo da su compañero para apaciguar su conciencia, y un largo etcétera.
En su momento los productores no dieron el visto bueno a llevar a cabo ese guion, sin decantarse por un camino, algo entendible. También es interesante la propuesta de no saber, de cómo actuar o que pensar entonces y de mantener esa ambigüedad, sin embargo el trayecto para llegar hasta ahí resulta un poco tramposo.
En cuanto a las interpretaciones, Jared Leto está soberbio, Denzel Washington está solvente, buscando una redención personal por sus errores del pasado (metidos con calzador con un flashback) que le llevaron a un lugar oscuro, del que intenta librar a un Rami Malek con demasiados tics, pero curiosamente sus respectivas obsesiones les llevan a ser los únicos asesinos confirmados del film, además de encubridores, así como el jefe de policía y la forense. Quizá se trate de que si te asomas al abismo puedes caer en él o quizá el autor disfruta de las pequeñas ironías de la vida más que de los pequeños detalles, pero sin duda crea personajes muy ambivalentes, con unas escalas de grises muy pronunciadas.
En el guion hay tantos elementos que indican que si como elementos que indican que no, de modo que John Lee Hancock juega al despiste, por un lado, se burla de las autoridades y encaja con el perfil pero por otro realizó una confesión falsa años antes, algo que no encajaría a priori con un psicopata de esas características y que pueden hacer creer que es un perturbado al que le excitan esas cosas, pero no el hombre al que buscan.
Todo puede verse desde dos puntos de vista, cuando señala donde arrojó el cadaver, puede que simplemente lo oyera en la radio en la que había pirateado la frecuencia de la policia, trabajaba en el sitio de reparaciones, pero porque el encargado iba a mentir para protegerle, la testigo lo identifica, pero previamente se lo encuentra ya esposado lo que vicia la identificación, le dice al policía que suba a su coche (acto absurdo por parte del policía que se supone que si cree que es el asesino y podría llevarle a una trampa) y que le mostrará el lugar donde enterró el cuerpo, pero también dice que al día siguiente tiene que trabajar por lo que o sabe que no hay nada o le miente, y una vez allí juega con él haciéndole cavar hoyos y burlándose, además de que el peine rojo no estaba en su poder sino que se lo da su compañero para apaciguar su conciencia, y un largo etcétera.
En su momento los productores no dieron el visto bueno a llevar a cabo ese guion, sin decantarse por un camino, algo entendible. También es interesante la propuesta de no saber, de cómo actuar o que pensar entonces y de mantener esa ambigüedad, sin embargo el trayecto para llegar hasta ahí resulta un poco tramposo.
En cuanto a las interpretaciones, Jared Leto está soberbio, Denzel Washington está solvente, buscando una redención personal por sus errores del pasado (metidos con calzador con un flashback) que le llevaron a un lugar oscuro, del que intenta librar a un Rami Malek con demasiados tics, pero curiosamente sus respectivas obsesiones les llevan a ser los únicos asesinos confirmados del film, además de encubridores, así como el jefe de policía y la forense. Quizá se trate de que si te asomas al abismo puedes caer en él o quizá el autor disfruta de las pequeñas ironías de la vida más que de los pequeños detalles, pero sin duda crea personajes muy ambivalentes, con unas escalas de grises muy pronunciadas.