El almirante general Haffaz Aladeen (Sacha Baron Cohen) es un dictador inmaduro, lascivo, déspota, gamberro, anti-occidental, antisemita, entre otras cosas, con una agenda de equipar a su país con armamento de destrucción masiva.

Las Naciones Unidas lo cita ante el Consejo de Seguridad Nacional, pero es secuestrado y sustituido por un doble, Efawadh (Sacha Baron Cohen), por instrucciones de su tío Tamir (Ben Kingsley). Aladeen escapa y se refugia en la "Pequeña Wadiya", en New York haciéndose pasar por un refugiado de su propio país.

Ahora, Aladeen estando en la clandestinidad recibirá la ayuda de viejos resentidos colaboradores y ciudadanos wadiyanos de buenas intenciones para recuperar su poder.

Sacha Noam Baron Cohen es un comediante sumamente irreverente, cínico y corrosivo. Pendiente a los sucesos de los tiempos, principalmente de los líderes políticos mundiales y a las controversias que los rodean, Baron Cohen nos hace reír cuando se burla de todos ellos, personificándolos de forma satírica y burlona.

Baron Cohen provoca y cuestiona a la sociedad. Se burla del racismo y de la xenofobia. Ejemplo de ello, el film termina con una nota que dice que está dedicado a la memoria del fenecido dictador coreano Kim Jong-il (1941-2011).

Baron Cohen es un cómico que utiliza un tipo de humor ultrajante, que luego nos intenta persuadirnos (entre chiste y chiste) como si se tratara de una crítica social.

La película tuvo un presupuesto de $65 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $178 millones, además recibió una nominación a los "ASCAP Film and Television Music Awards" por mejor película en la taquilla, la cual ganó.