Mientras brille la estrella, mientras dure el recuerdo, seguiré imaginando que vuelo entre nubes con el corazón valiente, seguiré fantaseando con dulces historias. Con brujas malvadas y piratas mariposones, con príncipes fratricidas numerados cómo las butacas en los estrenos... seguiré riendo sinceramente, sin dejar por ello de soñar, de experimentar, de disfrutar.
Quisiera diseccionar esta historia, arrancarle el corazón, y comérmelo cual corazón estelar. Para así preservarme siempre tan fresco, mágico, fascinante y brillante cómo este filme.
Es cuento serio y a la vez sátira de sí mismo, sin dejar de ser nunca ninguna de las dos cosas. Es siempre serio y siempre cínico. Cuento, para adultos más bien, pero igualmente disfrutable por peques. El poder de la imaginación, siempre resurge.
Gracias Vaughn, gracias Gaiman, gracias Cox, Danes, Pfeiffer, De Niro... gracias a todos por haber compartido el corazón mágico de Stardust y mostraros así radiantes cómo el propio Sol, sin eclipsaros ninguno a ningún otro. Gracias al cine, por Stardust.