Para aclarar cualquier duda en cuanto a la belleza de las dos protagonistas más importantes de la película, creo que Phoebe Cates supera con claridad a Bridget Fonda. No en vano la primera fue una de las dos o tres actrices más guapas, populares y deseadas de los ochenta, junto a Brooke Shields y quizá alguna más. Dicho esto "Shag. Ritmo en los talones" se presenta como una comedia romántica más que musical, de baile, con claras similitudes con "Grease" (1978) o "Dirty Dancing" (1987). También ésta obra está ambientada en los años sesenta, 1963 en concreto. Así que bueno, tiene mi beneplácito, pero a la postre lo mejor, aparte de las actrices ya señaladas, ha sido la clásica banda sonora.

Pese a todo, la película empieza bien, básicamente porque recoge con acierto las mentalidades de esos años y porque sus dispares protagonistas auguran un buen juego. Sin embargo pronto todo se va a la porra porque la trama se pierde en unos romances absurdos, unos comportamientos estúpidos y unos cambios de pareja que no se cree nadie. En definitiva, es una bobada hecha por y para mujeres porque refleja ilusamente sus fantasías. Eso sí, sirve como documento para constatar que la historia de la mujer no es la de ser un objeto sexual rescatado por el feminismo sino al revés, la de ser respetadas hasta que con la liberación feminista fueron convertidas con su venia en pura carnaza sexual.