Aclaro antes de empezar que ni he leído ninguna de las novelas en las que se basa esta saga del señor Grey (Jamie Dornan), ni pienso hacerlo. Y ya que estamos, que no recuerdo apenas nada de su antecesora, "Cincuenta sombras de Grey" (2015), a pesar de que la vi hace poco más de un par de años. A mí me habían dicho que está, más que mejor que la primera, es que era menos mala pero creo que es al revés. La presente es una constante exhibición obscena de pretendido erotismo que no me lo parece en absoluto dentro de una trama tan escueta que cabe en el dorso de una servilleta. Apenas pasa nada y lo que sucede son más bien chorradas, discusiones que no van a ningún lado y contratiempos que en teoría ponen a prueba la relación de estos dos pero que se solucionan sin resolverse. Sin embargo, un error gordo dentro de este esquema que lastra lo que estamos viendo es que no nos creemos a los personajes, que un sádico se vuelva un tierno enamorado con un chasquido de dedos por una muchacha, así al azar, porque tampoco vemos qué le atrae de ella, o que la protagonista se embobe con las cosas que hace o dice él, sin ir más allá, que revelan su inestabilidad mental y emocional. "No quiero tu dinero", le espeta pero sí su yate, sus joyas, su mansión, etc. Qué hipocresía.

Con todo el problema de esta película, como el resto de la franquicia, es de mirada y de concepto, más que cinematográfico. Lo resumo en que "Cincuenta sombras más oscuras" quiere ser erótica pero no lo es, lo que nos lleva a preguntarnos qué es lo sexy. Para empezar, la visión de la obra es femenina, con lo cual, el hombre que se ponga a verla se queda en fuera de juego. Todo el relato giro sobre Grey, lo cachas que está, su fortuna, su pasado, sus "sombras más oscuras". En cambio ella pasa por allí, no está nada erotizada y por eso el espectador, yo diría que hasta el propio Dornan, la mira con indiferencia. Empezamos ya mal. Ahora bien, aceptando esto, ¿qué es lo sexy? Mi opinión, que no sólo es mía sino que se basa en la biología evolutiva, es que es todo aquello que favorece la fecundación, la filiación de los hijos y su crianza. Es decir, si vamos a ella porque aquí es donde más falla, la chica debe ser bella y coqueta para desearla, decente para certificar que el hijo es tuyo y maternal para criarlo bien, con virtudes como pudor, docilidad o fidelidad. O dicho de otra forma, lo erótico se encuentra a medio camino entre lo pacato y lo guarro. Requiere erotizar a los personajes, especialmente a ella, que quiere decir "ser ella fuente de deseo y placer", pero también recato, resistencia y pasión.