Bueno, si te la tomas en serio como película de acción, de artes marciales o las dos cosas juntas. Ahora, si la ves como comedia he de confesar que pasas un buen rato porque "Muy duro de matar" da risa de principio a fin, empezando por esa traducción tan libre del "End of a Gun" original hasta los patéticos diálogos supuestamente muy molones pasando por la escena "erótica" o su loca pelea a cuchillos, entre otras cosas. Dicho esto, como entretenimiento ligero a base de tiros, puñetazos y poco más, en la vieja Europa, se deja ver. Por cierto, que no sé qué rollos se traen con el villano máximo pero resulta que no se le ve la cara en ningún momento, tipo "Inspector Gadget" (1983-1986), como si fuera parte de un serial en la que el enemigo es siempre el mismo. O es que ha sido otra chapuza.

Pero vamos al tema. A mí Steven Seagal no es que me caiga mal, ni que le tenga manía pero si sus habilidades siempre han sido de lo más limitadas, pasados los sesenta años, aquí unos 63-64, es que es de chiste. El hombre apenas se mueve con lo que cualquier momento de acción se convierte en una farsa hilarante, merced al empleo permanente de dobles. Y cuando digo "cualquier momento de acción" me refiero hasta subir unas escaleras, que hasta para eso si no me equivoco ha necesitado doble. De hecho, sólo en una toma se le ve que es él dando un golpe, qué gran esfuerzo tuvo que hacer aquí el amigo Segal. En fin, que la película tiene una trama que bueno, la chica es monilla y hay peleas y eso pero es tan mala, tan lenta, tan chorra y además sale Steven Seagal, que es un cachondeo.