Bueno sí la hay. No es desde luego una comedia pero es tan mala que hay que ver cómo me he reído, hasta saltárseme las lágrimas. Al principio el cóctel de magia negra, nazis, ocultismo, intriga, runas, años 30, pseudovampiros o zombis promete un producto raro pero de indudable gancho paro el terror. Sin embargo el suspense se mantiene justo haber superado la introducción rodada en blanco negro entre el cómic y el cine mudo. Llegamos al presente y entonces aparecen en cascada bizarrías de imposible digestión, desde la extraña aparición del desaparecido, al otro que lleva 70 años bebiendo sangre y sigue faltándole, salvo tal vez la recta final, que se hace un poco más seria.

Lo peor es que los personajes actúan de un modo completamente ilógico. Las motivaciones, diálogos, empeños o explicaciones son absurdas, con ese punto de irrealidad propio de las peores películas. Además, ¿todas las noches lía eso? ¿por qué no se van los granjeros? ¿por qué lo han alimentado? Es que me da la risa de pensar, por ejemplo, en ese perro furibundo, en esos caballos carnívoros o en el protagonista con esa ridícula carcasa de hueso, que es que se le nota que está pensando lo mismo que nosotros. Es sencillamente una americanada rifle en ristre. Estoy esperando a cualquiera de ellos suelte algo así como "¡acabemos con esto de una maldita vez!". Qué risa.