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Sandro Fiorito rating:
7
Drama Claudio, a construction worker, works on a site in the suburbs of Rome. He is madly in love with his wife who is pregnant with their third child. However, when he finds the remains of an illegal immigrant under the site and doesn't report it, fearing he'll be out of a job if construction comes to a halt, it upsets his simple and happy life. In a rage for life, Claudio energetically fights against the injustice that fell upon him. Love ... [+]
Language of the review:
  • es
April 26, 2013
8 of 9 users found this review helpful
Claudio (Elio Germano) está felizmente casado, disfruta de sus dos hijos y espera un tercero que ya está en camino. Trabaja como albañil en la construcción y alterna el estrés laboral con las bromas entre sus compañeros, teniendo la tranquilidad de que al llegar a su casa, después de todo, encontrará el paraíso en compañía de los suyos. Pero un día todo eso se tambalea. Cosas de esta vida que al vernos felices parece inquietarse y necesita sacudirnos cual muñecos de trapo. Daniele Luchetti se apoya en el guión de los inseparables Sandro Petraglia y Stefano Rulli (“La mejor juventud“, 2003) para montar una historia en la que su crudeza se aleja del sentimentalismo forzado, prefiriendo llegar al espectador mediante la naturalidad de unos personajes y una trama que inspiran cercanía y cotidianidad, ofreciendo esto un argumento impregnado de realismo en el que gente normal, de esa en la que cualquiera de nosotros pudiera verse reflejado, tiene problemas normales (por extremos que sean).

Pero “La nostra vita” no sólo habla de un hombre abocado a una situación límite, también toca otros palos (directa o indirectamente) como la educación infantil, la situación de los inmigrantes en el ámbito laboral, la ilegalidad dentro del mundo de la construcción, el hecho de encontrar ayuda en el tipo de personas contra las que más prejuicios tiene la sociedad, las relaciones vistas como el inicio de una nueva vida en la edad madura, los principios y valores, los chanchullos a la italiana… Sin abandonar en ningún momento el hilo central de la historia, cada pequeña ramificación (siempre rodeando el entorno del protagonista) resulta sumamente interesante. Somos testigos de la evolución del personaje de Claudio, reflejada aquí de una forma que fluye naturalmente y que sabe dibujar lo bueno y lo malo con el mismo acierto, mostrándonos cada ambiente en el que se mueve su protagonista (familiar, laboral, amistoso, psíquico, etc) con no menos mimo, sin prácticamente dejar un cabo suelto en ninguna de sus tramas por intrascendentes, en apariencia, que pudieran parecer.

Pero lo mejor es que todas son importantes para comprender el mundo, la situación y las sensaciones del personaje tan brillantemente interpretado por Elio Germano (“El fin es mi principio“, 2010), quien además de su buen trabajo en líneas generales, despunta en algunas secuencias concretas que requieren de toda su pasión y entrega para poder dar como resultado unas escenas impresionantes. Otros personajes, como el bonachón, apático y enamoradizo Piero (Raoul Bova, “Perdona si te llamo amor“, 2008), el torrentiano —si ven su aspecto sabrán a qué me refiero— Ari, encarnado por el célebre Luca Zingaretti (“Sanguepazzo“, 2008), la estupenda Elena (Isabella Ragonese, “Tutta la vita davanti“, 2008) y otros más breves como Porcari (un Giorgio Colangeli que te deja con ganas de más), son los más destacados secundarios de un reparto que cumple y convence con su espontaneidad, encajando perfectamente en los personajes asignados.

“La nostra vita” es, además de la disección de un drama social, una historia cercana de lucha, entrega y superación (pero no de esas impuestas bañadas en tópicos hollywoodienses), un retrato de unas vidas golpeadas que caminan a través de la realidad de unas escenas que no pintan un mundo alternativo, de ensueño o penumbras, sino simplemente el que es, con lo bueno, lo malo, lo sencillo y lo complicado. Las pequeñas y las grandes cosas que hacen que existamos. Personas que quieren ser felices y que cuando lo consiguen, radian tanta alegría y llenan de color todo su mundo que no sólo hacen que tú también te alegres por ellos, sino que te contagies de esa vida que desearías imitar, desparramado junto a tu pareja sobre unas suaves sábanas agitadas por la brisa de un ventilador que refresca tus sentidos mientras cantas el desgarrador “Anima Fragile” de Vasco Rossi.

E la vita continua.
Sandro Fiorito
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