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Spain Spain · málaga
nachete rating:
7
Drama Interrogated by a customs officer, a young man recounts how his life was changed during the making of a film about the Armenian genocide.
Language of the review:
  • es
August 17, 2007
27 of 31 users found this review helpful
Cualquier película dispuesta a arrojar algo más de luz sobre aquel terrible suceso histórico que acabó con la matanza indiscriminada de miles de armenios a manos de los turcos ya merece todo mi respeto y admiración, pero si el que lo firma es Atom Egoyan uno espera encontrarse además ante algo más que una simple película histórica. Y Ararat es algo más que una simple película histórica. Planteada como un juego de muñecas rusas que se arman y desarman al antojo de su director, Egoyan nos habla de muchas cosas (quizás demasiadas), que sólo van cobrando cuerpo tras una desconcertante primera media hora; es en ese momento cuando el relato empieza a adquirir sentido, aunque el resultado no sea igual de satisfactorio en todas sus partes. Para entendernos: hay un abismo entre los diálogos que mantienen Christopher Plummer y el joven que viene de filmar en Oriente (lo mejor de la película, magistral en su definición final) y las relaciones del resto de personajes en tanto a fuerza, interés y presencia. Con lo que se deduce que lo que realmente se le da bien al autor de Exótica es el interiorismo humano, el buceo libre en el alma y la cabeza de sus personajes.

En Ararat brillan más los sentimientos que los decorados, de ahí que los episodios de reconstrucción histórica y las cuitas cinematográficas queden bastante por detrás de los conflictos paterno-filiales, en parte porque en aquellos la cabeza apenas deja paso al corazón. Y aún así la película emociona y asombra, perturba y conmueve, pero conmueve con el presente más que con el pasado: un presente, no obstante, que necesita al pasado para sobrevivir y comprenderse a sí mismo. Así y todo, da un poco de pena que un proyecto tan bien pensado y ejecutado haya desembocado en un film destemplado y un tanto discursivo, pese a que lo positivo se imponga a lo negativo. En cualquier caso, una obra bella, interesante, compleja y muy recomendable, que incita a reflexionar sobre el significado de la historia y el papel que juegan en ella las nuevas generaciones.

Lo mejor: el careo entre Christopher Plummer y David Alpay.
Lo peor: las momentáneas pérdidas de interés.
nachete
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