Acabo de vivir probablemente la hora y media mas hilarante que he experimentado en una sala de cine, Un Dios Salvaje me ha hecho reir como un niño hasta el punto de sentir que en el estómago estaba a punto de salirme un Alien o simplemente Polanski había logrado su objetivo, que el espectador se riera hasta el último momento.

Lo que más se agradece de Un Dios Salvaje es su ritmo que va simplemente in crecendo, haciendote cómplice de esta disparatada reunión en la que la cordialidad es hecha a un lado y los dialogos destructivos y llenos de veneno hacen su aparición, son precisamente esos diálogos los que hace la experiencia más deliciosa aún, les prometo que me divertí más con estos 90 minutos de buen cine que con un solo tiempo de un partido de Foot-Ball, aquí las agresiones están aseguradas, y si bien la cordialidad la van perdiendo poco a poco, la tensión esta presente desde el minuto 1, y desde su comoda butaca, el espectador puede palparla.

Roman Polanski es el Dios de esta cinta, y la dirge de un modo salvaje sin perder la elegancia en ningún momento, y con el apoyo de ese increíble guión, firmado por el y la autora de la obra original, Yazmin Reza, el polémico director logra que nos olvidemos que estamos viendo una adaptación teatral y hace que nos sumerjamos en la discusión de ambas familias, es que como si estuvieramos espiando a travéz de la perilla o como si hubieran grabado la pelea con cámaras ocultas a modo de Reality Show, porque insisto, todo se siente real en este filme.

En ese sentido apoyan mucho los grandes hisitriónes que se meten en sus papeles y hacen la experiencia mas jugosa, aportandole a cada diálogo la acidez y descaro que requiere el guión, Jonh C Reilly cumple y hace muy creíble su papel, Christoph Waltz (sin duda el personaje con las mejores frases) en su línea, sin embargo en el duelo actoral, ellas le ganan a ellos, pues Kate y Jodie dan catedra interpretativa, y conforme los minutos van avanzando, su talento se va desbordando.

Kate Winslet logra una interpretación muy natural y graciosa, sobretodo en los últimos 20 minutos en los que nunca hubieramos podido imaginar que la Rose de Titanic sería capaz de soltar semejante veneno en su vocabulario, pero para mí la reina del filme es una increíble Jodie Foster quien combina matices cómicos y dramáticos en su papel y va de menos a más, desde el principio el espectador se da cuenta que es una bomba a punto de estellar, y vaya que estaya, y que forma de estallar, salpicando a todos con su talento (en mi opinión deberían considerarla para el Oscar, pero seguramente la dejaran fuera para darle hueco a unas inferiores Glenn Close o Michelle Williams)

En fin, una de las mejores comedias de los últimos años en los que la dirección, el guión e interpretaciones son tremendamente salvajes y los duelos verbales son aun mas mortiferos que un puñetazo en una pelea de box

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