Al igual que con ‘El padrino’, esta secuela nacida dos años después comparte los mismos sentimientos: es tan buena en cada uno de los apartados que no podría decir que me chirría porque no me sobra nada. Al igual que en la primera, los huevos de Coppola fueron muy grandes porque no solo igualó la calidad de la primera, sino que la superó.

Como en ‘El padrino’, esta segunda parte tiene las mismas virtudes y ningún defecto: interpretaciones, dirección, guion, banda sonora, dirección artística y fotografía brillan en cada segundo de su duración total, pero hay dos elementos más que añadir que son los flashbacks y la trama de los Corleone.

Los flashbacks que cuentan la vida de Vito Corleone desde niño hasta que se asienta en el mundo del hampa en Nueva York son un valor añadido a la historia del presente. Robert De Niro está espectacular como el joven Vito Corleone y no hace que eche de menos a Brando, además estos tramos (que están introducidos de forma sabia sin romper el ritmo) permiten conocer y entender a Vito, dando una sensación de que, como su hijo Michael, no buscó ser jefe de la mafia y que su destino fue un cúmulo de circunstancias.

La trama del presente también sube un peldaño, cosa que no era fácil en comparación con el filme original y los tramos del joven Vito. Los Corleone tienen una historia aún más profunda y oscura que antes ganando protagonismo Michael Corleone (que decir de Al Pacino) y su hermano Fredo con un John Cazale cuya interpretación me parece que no tiene que envidiar al mismo Pacino y, como prueba la secuencia del diálogo entre Michael y Fredo donde este se rebela. Es una lástima que el cáncer nos haya arrebatado a un actor excepcional y, hasta donde yo sé, un gran tipo fuera de cámara.

Seis premios Oscar, entre otros reconocimientos y el aplauso prácticamente unánime de crítica y público hablan más de lo que podría hacerlo yo. Yo solo añadiré que nunca me he cansado de verla, ni me ha aburrido jamás. En mi opinión, por el tramo de los flashbacks y la trama referida a la familia Corleone, es mi favorita de las tres.