Aunque Alex Vincent ya no estaba en el reparto - de la que se libró- la historia de Andy Barclay continúa dando un salto temporal de ocho años para ver al protagonista ya siendo un adolescente quien volverá a enfrentarse con su peor pesadilla...eso dicen.

Ciertamente, no sé si a Don Mancini se le agotaron las ideas, escribió el guion bajo alguna sustancia o se puso en plan troll, porque la bajada de nivel desde una digna segunda parte hasta esta es alarmante para haber pasado solo un año. Claro que es lo que le pasa a muchas sagas de terror, se manosea hasta que está irreconocible.

En esta ocasión Barclay no es el centro de la historia. El protagonismo pasa de forma bastante tramposa a otro personaje traicionándose la hasta entonces trilogía a sí misma. No solo eso, sino que no hay personajes que merezcan ser recordados y todo el filme tira un tufo a mediocridad que tira para atrás. Ni siquiera hay escenas de muertes memorables.

Todo el asunto de Andy Barclay ingresando a una academia militar podría haber sido algo bastante mejor, aunque a Mancini no le dio la gana sacar un guion decente y lo que presentó fue un completo maltrato a un personaje que ya tenía estatus de personaje mítico y le afecta la vulgaridad que tiene esta tercera parte. Una verdadera lástima.