Anoche me abrí en el mundillo de Chuck Steel con el cortometraje titulado 'Raging Balls of Steel Justice', lanzado en 2013, que servía de aperitivo para la presentación del personaje, así como del resto de caracteres que componen ese mundo animado, destacando entre ellos al capitán Jack Schitt y al compañero robot de Chuck (si tenía nombre sinceramente ahora no lo recuerdo) cuyas ganas de tener sexo eran tales que parecía que le hubiesen instalado el 'Viagra 3.0'.

Steel, Schitt y compañía aparecen en la adaptación a largometraje de las aventuras del lobo solitario llevado al límite, malhablado, malhumorado y con tendencia a la destrucción a su paso que se estrenó cinco años después titulado 'Chuck Steel: Night of the Trampires', siendo estos 'trampires' vagabundos vampiros que se alimentan de los humanos borrachos. Vamos, que una asociación de alcohólicos anónimos sería como la iglesia para los vampiros normales, un sitio tabú.

El cortometraje ya me dejó bastante buen sabor de boca con su animación artesanal donde el presupuesto que se destinase estuvo bien invertido en cada libra esterlina (tratándose de una producción británica) usando el 'stop-motion' como técnica para dar vida a los personajes y la ciudad, más el carisma de los personajes presentes y la desvergüenza que impregnaba todo el guion. El filme se puede decir que es una prolongación de lo visto en el corto y tenemos la misma desvergüenza, los mismos personajes carismáticos (con apariciones de otros nuevos) y un guion que explota lo visto e incurre en nuevos temas como un trauma del pasado de Chuck o también críticas implícitas hacia la corrección que impregna la sociedad hoy en día.

La inspiración de la cinta es evidente: las películas de acción y terror de los años 80; sin embargo, el guion está tan bien escrito que hasta podría parecer un filme de nueva ola si lo viese una persona no experimentada en el séptimo arte. Es de esos filmes donde casi todo funciona notablemente: caracteres, guion y animación funcionando con precisión para dar una cinta totalmente disfrutable impregnado también de humor donde ni el mismo protagonista se libra de hacer el ridículo.

Un producto este no del todo original por las evidentes fuentes de inspiración, pero con la suficiente fuerza para mantenerse por sí misma y pasar un muy buen rato durante hora y media con tacos, humor basto, gore y acción.