Si con “Begins” Christopher Nolan y su equipo habían revolucionado el género de superhéroes, con “El caballero oscuro” consiguieron revolucionar el cine comercial en general. En esta película se consigue algo que ninguna ha conseguido de momento, traspasar el perfecto entretenimiento hasta conseguir llegar a un nivel que puede ser considerado de arte verdadero. Eso no podría ser, no sólo sin su guión perfecto, sin sus personajes tan vivos que traspasan la pantalla y la historia y conviven con nosotros, la impecable factura de la cinta y el nivel de concentración y seriedad que consiguen desde el primer segundo.
El guión, como dije, me gana por completo. Me parece perfecto a nivel formal, de contenido y de ritmo (realmente endiablado, me parece aún más rápida y satisfactoria que película con una hora menos).
La dirección y factura técnica, así como la banda sonora son impecables.
Las interpretaciones son sencillamente magistrales. Bale repite un Batman/Bruce Wayne tremendo, encontrando su oponente en un inolvidable e insuperable Heath Ledger como uno mejores personajes entregados de la historia reciente en su Joker. Confirman la superación de un reto interpretativo sobresaliente el resto de personajes así como sus historias personales (la impactante tragedia de Aaron Eckhart y Maggie Gyllenhaal como Harvey Dent y Rachel Dawes fantásticamente interpretada, cómo James Gordon bajo los excelentes rasgos de Gary Oldman se ve sumido en la historia, la expresividad y la impotencia trágica de Michael Caine y su inolvidable Alfred).
“El caballero oscuro” es una obra maestra con todas las letras, una sorprendente lección de cine puro elevado a la categoría de clásico moderno. La mayor sorpresa cinematográfica en muchísimos años y, por qué no decirlo, una de las mejores películas de la historia moderna del cine.