Frente a las múltiples criticas que sitúan a Maniac como una remezcla de diferentes géneros y fuentes fílmicas, yo la veo más bien como una especie de capitulo inédito de Black mirror, de esos tan escasos que aun conservan el poder de endulzarnos un poco la vida ante tanto drama existencialista.

Cary Joji Fukunaga lo sabe. Vivimos en un mundo que es devorado minuto a minuto por la tecnología y la inmediatez. No nos resulta extraño un universo donde se pueden tener todas las facilidades y comodidades con un solo click. Desde drogas recreativas que nos hagan volver a cierto momento placentero del pasado, amigos por encargo que palien un poco nuestra soledad y nos ofrezcan cercanía o hermanos creados a partir de la imaginación que nos gustaría que hubieran existido.

Maniac nos presenta a dos personajes únicos e irreemplazables. Owen y Annie. Dos seres que prefieren vivir desconectados de la realidad que los rodea. Dos almas perdidas que deben afrontar traumas y dolor a solas, con la única compañía de su maltratada conciencia.
Y es que la cercanía no implica conexión pero basta que dos almas raras y dispares establezcan un fuerte vinculo para que una cambie la vida y el rumbo de la otra.

De fácil visionado, fotografía exquisita e interpretaciones notables se deja ver con agrado.
Para algunos será demasiado rara, demasiado surrealista.
Pero para mí el mensaje que subsiste en su interior es mucho más simple.
Habla de la conexión real y verdadera con otro ser humano. Esa que te haga querer echar raíces en una tierra a la que no te sientes ligado.
Porque los vínculos que nos unen a la vida, los que hacen que nos quedemos un rato mas son esos.
A veces no tenemos la suerte de encontrar el cariño y el afecto que nos retenga en los que se supone que prometieron querernos para siempre.
A veces la realidad nos juega malas pasadas, mostrándonos miles de realidades alternativas que no satisfacen la única necesidad real que tenemos.
La de ser escuchados. La de ser queridos. La de estar conectados de verdad.
Es bonita y rara. Seguramente sea única en su género, si es que se puede etiquetar en alguno. Tendrá muchos detractores pero a mí me ha encantado.