Finalmente la muchacha de origen suizo se recupera de sus heridas y termina encontrando oro. Sin embargo uno de sus socios se siente atraído por ella y aprovechando la fiesta que organiza tras el descubrimiento intenta forzarla. Es aquí cuando aparece nuestro buen doctor que ha estado financiando el proyecto de la muchacha en secreto y fríe a balazos a su atacante. Espoleados por un predicador fanático, los habitantes del lugar intentarán linchar a nuestro héroe en el árbol del ahorcado a modo de ejemplo pero en el último momento aparece la muchacha y su otro socio y compran su libertad otorgando al pueblo los derechos sobre su filón.

La falsedad de los habitantes del lugar queda patente en personajes como el de la esposa del dueño de la tienda con su puritanismo cínico, el del predicador interpretado por George C. Scott en uno de sus primeros trabajos que constantemente está azuzando el odio hacia el doctor o el del minero estúpido y paleto encarnado por un genial Karl Malden.