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JACHi rating:
6
6.7
461
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- es
June 3, 2011
1 of 4 users found this review helpful
Y no me refiero al religioso, necesariamente. La película está lo bastante bien planteada para que observemos la progresión, lenta pero implacable, de unos pocos obligando a la mayoría a adoptar sus mismas costumbres y comportamientos en relación a algo, en el caso de EL SILENCIO DEL AGUA, unos comportamientos religiosos. Quiero decir que, a ver: en el film vemos cómo dos jóvenes de ideas extremistas (y a propósito, bastante anti-sociales) se camelan al cacique de la zona para que después, cuando empiecen a acosar a la gente, éstos les tengan miedo y no se atrevan a plantarles cara.
A mí el tema de la cinta me parece absolutamente triste. Porque te hace pensar en los miles y miles de lugares, de pueblos, de culturas en los que la mayoría de la gente tan sólo desea vivir en paz y llevarse más o menos bien con el vecino, pero que por culpa de cuatro sociópatas (que es lo que son en definitiva) que les imponen por medio de la intimidación, el acoso y la violencia en última instancia su particular forma de ver las cosas y de actuar en sociedad, no pueden ser realmente felices. Por lo general, esta forma de actuar es una mierda que se disfraza de recta y de moral, y casi siempre no es más que una excusa para repetir la constante de todos los regímenes absolutistas desde la prehistoria hasta nuestros días: que sean los cuatro elegidos los que disfruten de lo bueno, y que el resto del pueblo se joda en el arroyo. Porque vamos, seguro seguro que todos esos líderes religiosos a los que se les llena la boca con el Corán lo cumplen a rajatabla y predican con el ejemplo-> JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.
Aquí en España y en todo occidente, los políticos prohíben la marihuana, pero en las fiestas que se montan se ponen hasta arriba de absolutamente todo (tengo testigos, por cierto), y encima nos tratan de convencer por medio de propagandas e historias que es lo mejor para nuestra salud. El gran pretexto de los poderosos, "lo mejor para nosotros". La gran falacia. Y lo trágico es que la inmensa mayoría de la gente pica el anzuelo como una sardinilla, y lo aceptan serviles y sonrientes. Y más les vale por otra parte, porque como también se aprecia en la película, estos hijos de mala madre son bastante peligrosos, y no se andan con chiquitas cuando encuentran (que siempre lo hay) alguno que se oponga a su discurso barato y mentiroso.
(spoiler por falta de espacio).
A mí el tema de la cinta me parece absolutamente triste. Porque te hace pensar en los miles y miles de lugares, de pueblos, de culturas en los que la mayoría de la gente tan sólo desea vivir en paz y llevarse más o menos bien con el vecino, pero que por culpa de cuatro sociópatas (que es lo que son en definitiva) que les imponen por medio de la intimidación, el acoso y la violencia en última instancia su particular forma de ver las cosas y de actuar en sociedad, no pueden ser realmente felices. Por lo general, esta forma de actuar es una mierda que se disfraza de recta y de moral, y casi siempre no es más que una excusa para repetir la constante de todos los regímenes absolutistas desde la prehistoria hasta nuestros días: que sean los cuatro elegidos los que disfruten de lo bueno, y que el resto del pueblo se joda en el arroyo. Porque vamos, seguro seguro que todos esos líderes religiosos a los que se les llena la boca con el Corán lo cumplen a rajatabla y predican con el ejemplo-> JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.
Aquí en España y en todo occidente, los políticos prohíben la marihuana, pero en las fiestas que se montan se ponen hasta arriba de absolutamente todo (tengo testigos, por cierto), y encima nos tratan de convencer por medio de propagandas e historias que es lo mejor para nuestra salud. El gran pretexto de los poderosos, "lo mejor para nosotros". La gran falacia. Y lo trágico es que la inmensa mayoría de la gente pica el anzuelo como una sardinilla, y lo aceptan serviles y sonrientes. Y más les vale por otra parte, porque como también se aprecia en la película, estos hijos de mala madre son bastante peligrosos, y no se andan con chiquitas cuando encuentran (que siempre lo hay) alguno que se oponga a su discurso barato y mentiroso.
(spoiler por falta de espacio).
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
En estos días de protestas callejeras y tal, este tipo de cine resulta especialmente oportuno, para reflexionar de verdad. Sí, puede que lo que haga falta no sean tantas asambleas/acampadas, sino tal vez leer libros y ver películas como esta.
La escena en la que el lidercillo aquel va pasando por la calle y trata de obligar a los tenderos a que cierren sus comercios porque es hora de rezar o no sé qué, es bastante gráfica. Podría ser la hora de rezar, o la hora del fútbol, o la hora del mitin de XXX, o la hora de un programa de la tele, o lo que fuera. La cuestión es que joder, uno no tiene derecho a imponerle a otros sus gustos o sus creencias. Lo puedes sugerir, hacer publicidad, invitar... no señor, hay que hacer lo que sus rabos manden. Pues hala, así hasta que el mundo siga siendo mundo. Nunca cambiaremos.
Y lo más patético es cuando incluso se meten en las relaciones entre parejas... mira, que cada uno lo llame a su manera. Llamadlo fascismo, totalitarismo, comunismo, fundamentalismo, islamismo, da igual. Pero cuando un grupo de facinerosos hipócritas os traten de prohibir pensar de una forma y de obligar a creer en otra cosa, SEA LA QUE SEA, por favor no les dejéis. Ni os manifestéis, ni rompáis nada, ni asesinéis a nadie. Simplemente impedidlo.
La escena en la que el lidercillo aquel va pasando por la calle y trata de obligar a los tenderos a que cierren sus comercios porque es hora de rezar o no sé qué, es bastante gráfica. Podría ser la hora de rezar, o la hora del fútbol, o la hora del mitin de XXX, o la hora de un programa de la tele, o lo que fuera. La cuestión es que joder, uno no tiene derecho a imponerle a otros sus gustos o sus creencias. Lo puedes sugerir, hacer publicidad, invitar... no señor, hay que hacer lo que sus rabos manden. Pues hala, así hasta que el mundo siga siendo mundo. Nunca cambiaremos.
Y lo más patético es cuando incluso se meten en las relaciones entre parejas... mira, que cada uno lo llame a su manera. Llamadlo fascismo, totalitarismo, comunismo, fundamentalismo, islamismo, da igual. Pero cuando un grupo de facinerosos hipócritas os traten de prohibir pensar de una forma y de obligar a creer en otra cosa, SEA LA QUE SEA, por favor no les dejéis. Ni os manifestéis, ni rompáis nada, ni asesinéis a nadie. Simplemente impedidlo.