"Mi conejo es el mejor" es un título mítico del porno de mi infancia. Jamás llegué a verla, pero seguro que aquel conejo aterciopelado era mucho más sugerente que este roedor desorejado. Y me temo que el argumento de una y otra película no se diferencian demasiado. Playboy guaperas y titi buenorra (con carcasa de patito feo) en busca del polvo perdido. La única diferencia es que aquí el sexo hay que imaginárselo. Sólo son clases teóricas, aunque si te pone el pissing, puedes lubricar.

Parece que se ha vuelto a poner de moda el cine casposo. Sólo que ahora viene de la UE. Tal vez algún iluminado acaba de descubrir la comedia de mamporros de Keaton y Chaplin, y ha decidido convertirse en gran creador. Lo peor es que la gente comulga con semejantes ruedas de molino. “Bienvenidos al norte” es otro buen ejemplo de sandez convertida en comedia inteligente por no se sabe muy bien qué. En mi opinión sobre la peli francesa ya expresé que prefiero las de Paco Martínez Soria. Y ahora mismo se me viene a la mente alguna que otra secuencia de “Los bingueros” en la que Fernando Esteso deja al rubiales cagapañales que protagoniza este pestiño a la altura del betún.

Seguro que Emma García y su legión de seguidores se tronchan con este bodrio. Homúnculos y homúnculas y viceversa.