Click here to copy URL
Poland Poland · Terrassa
Taylor rating:
9
Film noir. Thriller Tony le Stéphanois (Jean Servais) is a grim, hardboiled crook fresh from a stretch in stir for the noble gesture of taking a rap for his younger buddy Jo le Suedois (Carl Mohner), a mug who mixes crime with his role as a family man. Tony tracks down his old flame Mado (Marie Sabouret). When he finds she's been unfaithful, he first makes her strip and then beats her with a belt so hard he leaves permanent scars on her back. A resulting ... [+]
Language of the review:
  • es
April 11, 2011
73 of 78 users found this review helpful
Padre, Hijo o Espíritu Santo. Qué más da. El caso es que “Rififí”, desde ayer mismo, ha logrado completar —junto a “La jungla de asfalto” y “Atraco perfecto”— mi particular Santísima Trinidad de pelis sobre atracos de visión imprescindible. Una Santísima Trinidad de la que no soy el único devoto (¿verdad, Normelvis?) y que, a partir de hoy mismo, me comprometo a ensalzar, alabar y glorificar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

¿Exagerado? Para nada. Ni un pelo. Es más, yo diría que “Rififí” podría, incluso, formar parte de otra Santísima Trinidad: la del cine francés. En este caso, junto a “La evasión” y “El salario del miedo”.

Las razones son muchas y variadas. Ya no se trata de que me encanten los thrillers o las pelis de cine negro de toda la vida. Ni de que adore las pelis protagonizadas por losers adustos de moral ambigua. Ni tan sólo de que me pirren las pelis que logran mantenerme enchufado hasta el último minuto. Lo que realmente destacaría aquí y ahora es que la peli de Dassin está muy bien contada. Y ésa es, a mi juicio, la principal virtud de “Rififí”. Una peli cuyo guión funciona con la precisión de un reloj suizo, cuyo ritmo no decae en ningún momento y cuya lógica interna resulta tan inquebrantable que no observo, por mucho que me esfuerce, ninguna secuencia remotamente gratuita, aleatoria o de puro relleno.

Pero si por algo ha pasado “Rififí” a la historia del cine es, sin lugar a dudas, por la célebre secuencia del atraco. Treinta y dos minutos de tensión y sudor a raudales en la que ninguno de los cuatro atracadores abre la puta boca. Treinta y dos minutos que inspiraron a Becker en su última obra (“La evasión”) y que constituyen, en definitiva, un ejercicio de estilo absolutamente prodigioso.

Otro factor que no quisiera pasar por alto es el de su tremenda carga erótica. Y no lo digo por la secuencia en la que se le transparentan los pezones a la novia de Mario. Me refiero, concretamente, a la secuencia en la que Césare, el milanés, cae bajo el fatídico influjo de una morena de rompe y rasga que canta una canción muy pero que muy sensual. ¿Su título? Como no: “Rififí”.
Taylor
Did you find this review interesting and/or helpful?
arrow