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Poland Poland · Terrassa
Taylor rating:
8
Western Penniless Arizona bum Cable Hogue (Jason Robards Jr.) is dry-gulched and left to die by false friends Bowen and Taggart (Strother Martin and L.Q. Jones). In a miraculous bit of luck he stumbles upon a water well located at the perfect midpoint between two stagecoach stops. Cable gets his paperwork in order and sets up a sharp little trimming station selling cheap meals and "watle": Cable can't spell. His only friend is the frontier ... [+]
Language of the review:
  • es
April 10, 2008
102 of 112 users found this review helpful
El viejo Sam rodó “Grupo salvaje” y “La balada de Cable Hogue” a piñón, sin apenas descanso. Incombustiblemente fiel a su tono crepuscular, Peckinpah añade esta vez un complemento tragicómico a su peli con el que le guiña un ojo al spaghetti-western y suaviza, hasta cierto punto, el componente violento y elegíaco de su trabajo anterior.

Se trata, pues, de un film más personal, íntimo y nostálgico. Pocos como el californiano consiguieron escanear con ese peculiar lirismo el espíritu de unos hombres tan rudos como cándidos, de unos hombres condenados a escuchar el canto del cisne del far west. Cable Hogue encarna a las mil maravillas la figura del perdedor, del desarraigado, de esa voz que clama inútilmente en el desierto ante el advenimiento de una nueva era. Pero no todo acaba ahí. “La balada de Cable Hogue” es, ante todo, una entrañable historia de amor entre un trotamundos y una furcia de buen corazón. Diálogos tan breves y contundentes como el que podéis leer a continuación constatan mis palabras.

Cable: Estás preciosa.
Hildy: Ya me has visto antes.
Cable: Hildy, a ti nadie te ha visto antes.

Tal vez la peli de Peckinpah no sea una obra maestra. Me importa un rábano. Cualquier espectador puede contener la risa ante la ingenuidad de esos zooms dirigidos hacia la generosa regatera de Stella Stevens (menudo bomboncito, por cierto) o ante esas carreras a cámara rápida tan propias del cine cómico. Pero... ¿alguien conoce a un hombre capaz de vestir unos calzoncillos largos con mayor dignidad que Jason Robards?. Yo, no.
Taylor
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