Click here to copy URL
Poland Poland · Terrassa
Taylor rating:
7
Drama When defrocked American minister Reverend T. Lawrence Shannon is expelled from his Virginia church, he travels to Mexico in search of his destiny and sanity. There he becomes a tour guide for a bus load of spinsters and a teenage nymphet named Charlotte Goodall, who is being chaperoned by the group's leader, the inflexible Judith Fellowes. Miss Fellowes, who is quite jealous of Charlotte's attentions to Shannon, discovers the young ... [+]
Language of the review:
  • es
October 3, 2009
40 of 50 users found this review helpful
Huston siempre ha sido uno de mis cineastas predilectos. Y aunque varios factores avalan dicha afirmación, Huston forma parte de ese selecto grupo porque, fundamentalmente, su forma de entender el cine encaja a la perfección con la mía. Ya sea a través del género negro (“El halcón maltés”, “Cayo Largo”, “La jungla de asfalto”), de aventuras (“El tesoro de Sierra Madre”, “La reina de África”, “El hombre que pudo reinar”) o de proyectos de carácter más personal e intimista (“Fat City”, “Vidas rebeldes”, “Reflejos en un ojo dorado”). Un cineasta de los de antaño, con una carrera repleta de obras maestras (y algún que otro tropezón) que siempre -o casi siempre- intentó respetar una premisa básica: fabricar pelis de entretenimiento que no menoscabaran la inteligencia del gran público. El suyo.

“La noche de la iguana”, sin embargo, se aleja relativamente de esa premisa. Y quizás por ello, por apartarse de esa fórmula mágica que tantos éxitos le reportó a Huston, la peli en cuestión me parece un experimento fallido. No solo porque su talante teatral (la peli está basada en la obra homónima de Tennesse Williams) concede excesivo protagonismo a los diálogos en detrimento de la propia trama argumental (algo fundamental en todas las pelis de Huston) sino porque su tono tragicómico le resta muchos enteros a lo que yo concibo como cine genuinamente hustoniano. No negaré que quizás Williams también tenga parte de ‘culpa’, pero mi experiencia previa con otras obras adaptadas al cine de este mismo dramaturgo (“Un tranvía llamado deseo”, “La gata sobre el tejado de zinc”) no me hacían presumir, a bote pronto, que esta versión cinematográfica iba a resultar tan esperpéntica. De lo que sí estoy seguro es que el personaje interpretado por Richard Burton, el reverendo T. Lawrence Shannon, es un tío absolutamente patético. Un ser desorientado y moralmente desamparado, que lejos de generar ningún tipo de empatía con el espectador, se comporta como una marioneta que bebe y parlotea sin descanso en un infructuoso intento por paliar sus frustraciones y reprimir su propia lujuria. Que conste, no obstante, que me refiero al reverendo Shannon y no a Richard Burton. Un actor que sí me convenció sobradamente en “¿Quién teme a Virginia Wolf?” o “La mujer indomable”, por ejemplo.

Pero no todo iba a ser aciago en “La noche de la iguana”. Ni mucho menos. La bochornosa y sofocante atmósfera que Huston consigue recrear en ese hotelucho de Puerto Vallarta es magnífica, así como también algunos de sus mordaces y sarcásticos diálogos ‘marca de la casa’. Pero por encima de todo me gustaría subrayar el tremendo pálpito erótico que aportan Maxime (Ava Gardner, el animal más bello del mundo) y Charlotte (Sue Lyon, la Lolita de Kubrick) a “La noche de la iguana”. La una en la playa y la otra, en el chiringuito. Menudas lagartas.
Taylor
Did you find this review interesting and/or helpful?
arrow