Todos los meses se estrenan bodrietes cargados de monstruos, asesinos del más allá y litros de sangre, pero en los últimos años no he pasado más miedo en un cine que con "El sexto sentido" y "Los otros", películas que jugaban a sobreexcitar la imaginación del espectador a base de no mostrar casi nada.

La planificación y la fotografía de "La mujer pantera" está en los orígenes de esta manera de concebir el terror, inquietando y sugiriendo a través de sombras, oscuridad, planos contrapicados, nieblas y aspecto físico de los actores. Hoy en día ya no da miedo y la historia es muy sencilla incluso para su época, pero Jacques Tourneur aprovechó sabiamente el escaso presupuesto para centrarse en lo que dominaba: el lenguaje visual, lo que aparece en pantalla y sobre todo lo que no aparece.

Otro aspecto curioso es la utilización del estereotipo todavía vigente de las mujeres de Europa del Este como bellezas con lado oscuro y sexualidad agresiva. Y eso que precisamente el problema de Simone Simon son sus instintos reprimidos.