La verdad es que de entre las múltiples lecturas de esta extraña película yo me desvío con toda la conciencia posible, porque en realidad me da igual, y me quedo con la vagina tragavideos que le aparece al pobre Woods. Las arbitrariedades y las ambigüedades sobre ese concepto original me parecen de una retórica aburrida, cuando se trata de turbiedades y dobles sentidos me canso y me harto en seguida, a mí hasta "Matrix" me parece mala. Cronenberg ofrece algo más, una estética provocadora, no sólo para los años ochenta, y unas ideas sobre la provocación (eso sí que es directo) que puestas en práctica hasta sorprenden hoy más de veinticinco años después. Lo de la vagina es sólo un ejemplo, que Woods se flipe y se le vaya la olla con su mano biónica y pistola a la vez me gusta más que la crítica directa a la televisión.

Así que es un producto diferente, como la mayoría de Cronenberg, tiene una firma original y además cuenta con un Woods sobresaliente. Opino que la historia es lo de menos, si "Videodrome" me merece una consideración es por cosas como esa vagina en el el abdomen del desdichado protagonista, para hacer esto hay que tener algo diferente ajetreando en el cerebro, y eso es siempre bienvenido.