Cualquiera que esté interesado en la Historia del Cine debería llegar aquí tarde o temprano y dependiendo de la afinidad personal decidir verla o no verla. Yo la recomiendo, por eso digo que hay que verla, con indiferencia de los gustos por el género o no. Es un western, pero también es una obra épica de aventuras en la que aparece un veinteañero John Wayne. A eso hay que sumarle el nombre propio de Raoul Walsh, creo que sobran alicientes.

Aunque sea el año 1930 la película cae en muchos tópicos incluso ya por entonces. Muchos personajes son tremendamente graciosos, pero por ejemplo la historia de amor ahí está, metida con calzador, algo que a nosotros hoy no nos hace falta y sin embargo entonces debía ser un ingrediente indispensable. Hay malos, buenos, un enorme esfuerzo por sobrevivir y alcanzar el objetivo final. En un trayecto de varios miles de kilómetros hay tiempo para todo: toda posible inclemencia meteorológica, la lucha contra la orografía, contra los indios. Todo cabe en una película maravillosa que por lo visto no tuvo el éxito comercial que claramente merecía. Es una joya, sí, desde luego, entretiene una barbaridad y más de ochenta años después, que no es poca cosa, cualquiera puede verla y quedar satisfecho.

Me quedo con un comentario que he leído y que me parece muy interesante para acabar reflexionando: hablamos de una película de 1930, ¿alguien tiene idea de la tecnología de entonces?; ¿cómo era una cámara?; ¿no es precioso preguntarse cómo hacían para mover la cámara (las pocas veces que se mueve, es verdad, pero se mueve)?; ¿y ese grito de 'acción' a la hora de empezar una escena? Todo debió ser tan diferente que una sonrisa se dibuja en mi interior cuando lo pienso. Y la película además es buena...