A mi modo de ver está lejos, muy lejos de lo que se le debe pedir a cualquier película, y si hablamos del tito Alfred creo que tiene mejores formas de hacer las cosas. Todo patina, el chiste del final es para levantarse del sillón de casa (yo lo he hecho) y sacar un pañuelo blanco en protesta, menuda estupidez. Estoy de acuerdo en que el principio, en Marruecos, es tan sugestivo que hasta confesaré que iba para peliculón, sin hacer nada, sin enseñar nada, la atmósfera creada era propia de alguien como Hitchcock, con todo el odio que puede generar ver a Doris Day cantando es "Qué será, será" con su hijo en el hotel, incluso con el dolor que significa recibir ese tremendo bofetón, y las ganas de apagar la tele, reconozco que el ambiente creado era subyugador, excelente, muy meritorio....

...Luego todo se desinfló, las estupideces se van solapando, Stewart se despista y se mete en una casa de taxidermistas, se despista y se mete ahí porque Alfred se lo dice, qué tontería, la familia yanki empieza a caerme mal, cada vez peor, hasta que llega a la embajada y a Doris Day se le ocurre volver a cantar la dichosísima cancioncita. Qué tortura!!! Qué cosa tan mala!!! Los servicios secretos de Inglaterra por los suelos, la policía de Londres por los suelos, todo por los suelos porque la superfamilia yanki lo soluciona todo sin apenas hacer ruido. Hasta el niño de las pelotas se parece a George Bush de pequeño, que horrible!!!

En fin, igual me he pasado pero es como lo he visto yo, un despropósito detrás de otro y sin más tensión que la de la primera y brevísima parte. Yo a Alfred le pido más que esto. Floja, floja, floja...