Es la segunda de Argento, más cerca del thriller que del terror de Rojo Oscuro, y muy cerca de las virtudes y defectos de El pájaro de las plumas de cristal. Pero con novedades que le acercan a la consolidación de su estilo: ya hay una hermosa criatura femenina medio desnuda que ... llega a mostrar los pechos... una tontería que en el Giallo de entonces marca la diferencia en manos de Catherine Spaak, aquella flacucha encantadora que "vende" su capacidad erótica con un encanto inusual en la época, una especie de Lolita con edad avanzada que se niega a crecer; JAmes Franciscus, alter ego de Tony Musante en El pájaro..., hombrecillo gris vestido de galán de primera con apetencias de héroes, y eso sí, nuevamente Morricone, un equipo técnico excelente... y un actorazo de protagonista: Karl Malden encarnando a un ciego junto a su sobrinita que pone en alma en vilo a manera de melodrama encajado en el suspense y en el miedo con final estrepitoso y terrorífico. En medio varios golpes de humor "a la italiana" dignos de aplauso.