Tras unas maravillosas anteriores entregas, "Toy Story" regresa al fin tras una década de espera, con una tercera entrega que cierra el círculo y que bien podría ser incluso la mejor entrega de las tres.

Se atreve a mostrar el endiablado paso del tiempo al mostrar de manera genial cómo el entrañable Andy se ha hecho ahora todo un adolescente a punto de iniciar una nueva vida en la universidad. Por tanto, los juguetes deciden buscarse la vida, acabando en una guardería en donde deben soportar el trato inconscientemente aplastante de los bebés del lugar y la dictadura a la cual el muñeco jefe del lugar los somete. Así, empieza un maestro plan de huída.

No voy a hablar en exceso de la animación ni de los términos visuales, porque ni qué decir que a ese nivel es puramente una perfecta obra de arte.
Pero, tan perfectos son las animaciones como los caminos que toma el guión a la hora de desarrollar la historia. Un guión de hierro, apto tanto para los pequeños, como para los adultos, los jóvenes, o más sencillo aún: para los crecidos fans de toda la vida de la saga.
Es tan grande y fantástica como las tres anteriores, y yo me atrevo a calificarla como la mejor de todas; una última entrega que te emociona tanto que te hará, tanto reir sin parar durante todo el filme, como llorar de emoción en los momentos cercanos al final.

"Toy Story 3" es todo lo que andan diciendo de ella e incluso más: una gozada de película, una joya irresistible e indispensable.

Prepárate para emocionarte.