Dice un cinéfilo entusiasta en este mismo hilo de críticas que "JOHN CARTER" es una película "(...) que todo niño (o adulto) desearía ver con sus padres (...)".

¿¡PERDÓN!? Supongo que la película que esta persona ha visto es otra, porque yo fui con mi mujer y mi hijo de siete años ayer al cine y nos salimos faltando más de media hora para que acabase. Y es que los tres coincidimos en que se hacía muy larga, muy pesada, aburrida, sin gracia, con un argumento que no es que fuese complicado de seguir (que lo es, y más para los niños), sino que no despertaba el más mínimo interés entre los espectadores. Baste decir que pillé en varias ocasiones en los brazos de Morfeo al joven treintañero que tenía sentado a mi izquierda y a varios críos de entre 6 y 10 años con cara de no entender nada de lo que veían en la pantalla.

La inverosímil trama, lo exagerados efectos especiales, la falta de un guión divertido, las pretenciosidad de algunas escenas, los patéticos diálogos y un exceso de metraje más que notable (más de dos horas para una historia que no da para más de noventa minutos) lastran una producción que llega demasiado tarde y sin hacer una más que necesaria relectura de las historietas de Burroughs para adaptarla un poco a los tiempos actuales. Más les habría valido al equipo técnico y creativo inspirarse en las crónicas de Gor, de John Norman, situando la acción en un mundo gemelo de la Tierra situado al otro lado del Sol. Porque lo de Marte-Barssoom ya no cuela.

Y además, así podrían haber hecho una versión para adultos, con mucha "chicha" y despelote, en la mejor línea de Norman. Así por lo menos sería más divertido. Pero claro, no sería Disney.