Y es que, por mucho que se trate de un subproducto de escasa duración, lo cierto es que en su cómputo se hace bastante pesada, por lo plomiza que se hace en determinados momentos, y en última instancia, por lo ridícula que resulta en la mayoría de sus escenas.
Telefilm de media tarde, al cual le otorgaré siguiendo la pauta con otras películas de la misma calaña alguna estrella más de la que se merece.

Su argumento es en general flojillo, puesto que de alguna manera, tenemos un secuestro de por medio (secuestro repetido hasta la saciedad, por cierto) y poca cosa más, una relación tía-sobrino bastante poco exprimida (al principio sale algo de esa relación, pero al final con el secuestro todo se diluye), y un padre en coma que bueno, ha sufrido un intento de asesinato por parte de unos tipos (¿intento frustrado?, no digo nada por no desvelar parte del entramado final). Con estos datos no hay mucho donde rascar.
Pero si el argumento es flojo, la manera de trasladar la historia a minipantalla (no digo pantalla porque no es una película estrenada en cines), resulta lenta, aburrida y diría que bastante tópica pese a que en este caso, el enfoque esta algo currado, ya que, la protagonista llega hasta los culpables de una manera digamos que curiosa, al ir paso a paso a través de pistas que va otorgándole el hombre en coma, antes de su posible fallecimiento (no hay quién se trague eso de que antes de su asesinato el hombre dejara pistas, pero en fin). Sin embargo, la manera en que la prota "adivina" donde se encuentra el dinero para salvar a su sobrino es infame, y leyendo la crítica alguno sospecha que estoy dando ideas inconexas, método empleado por el telefilm. de media tarde.

Y es que la película emplea ese método, por lo tanto uno se hace un cacao de que va el asunto, llevándole al crítico a despotricar una cinta que aún siendo en general bastante mala se deja ver, como una opción de segunda categoría dentro de una tarde de sobremesa.