La peli atrapa. O quizás es mi padre pidiéndome que me quede a verla tras esa primera y bucólica e inquietante primera escena que termina en el sótano, protagonista.

Un hombre perturbado, una mujer hermosa. Si la gente tuviera tiempo y dinero, haría mucho más estas cosas.

Magistral banda sonora, precisa, que te sumerge en la retorcida mente del coleccionista, al que extrañamente deseas lo mejor, que consiga lo que quiere. Pero a veces se para la música y te descubres exclamando: "¡Es un auténtico loco!".

Quizás falten trabas a su maquiavélico plan, como el vecino que llama una vez para desaparecer, lo que no solo pone en tela de juicio las cañerías de la casa sino también la sostenibilidad de la situación, que de pronto se vuelve infranqueable. y aquí sale a relucir por segunda vez el agua, que marca el principio, el punto de inflexión y el final.