Guillermo del Toro es un cineasta bastante sobrevalorado. No me gusta ni su "Hellboy" ni "El espinazo del diablo" ni "El laberinto del fauno". Prefiero "Blade 2" y "Mimic", con mucho.
Quiero decir que para mí, su nombre no siempre es sinónimo de calidad en el género fantástico.
Sin embargo, este refrito de "Godzilla" y "Transformers" le ha quedado muy resultón.
La película es francamente divertida, aunque no hay que dejar de reconocer que como casi todas las superproducciones largas de este tipo, flojea en su parte central cuando paran un poco los efectos especiales.
Los combates son espectaculares. Es todo un homenaje a las viejas series y películas japonesas, pero bien hecha. Y aunque es completamente absurda en su credibilidad, es tan entretenida que nos dará igual. Los primeros enfrentamientos nos sabrán a poco, pero luego aumentan su duración e intensidad.
No faltan curiosos e inesperados cameos de algunos amiguetes del director mejicano. Es lo más destacado del reparto, porque los protagonistas no deslumbran demasiado.
No se le puede pedir mucho más a este tipo de cine. Es palomitera e ideal para verla en pantalla grande. Un éxito más de la buena cosecha del verano de 2013.