Cualquier acontecimiento más o menos extraordinario termina siendo narrado en una película, aunque el film de la historia de los 33 de Atacama tan solo ha llegado unos cuantos años después de que sucediera.
El reparto es muy internacional, y está encabezado por Antonio Banderas, que parece que afortunadamente todavía está a tiempo de salvar su carrera, que francamente está en horas bajas. Aquí protagoniza una película decente, y que además le permite lucirse como actor en determinados momentos. Está bastante mejor que “La partícula de Dios” y otras lindezas que ha hecho últimamente.
Muy mal tendrían que haberlo hecho para que la película fuera mala, porque cuando hay una buena historia de base como es el caso, ya tienen medio partido ganado. El sufrimiento de estos 33 mineros atrapados a gran profundidad ocupó las noticias de todo el mundo durante muchos días, y ahora tenemos la oportunidad de verlo dramatizado con todo detalle.
Las historias de supervivencia en condiciones extremas suelen estar bien, y más cuando se basan en hechos reales que le pasaron a gente corriente con la que el espectador se puede identificar.
Alterna el punto de vista de los mineros con el de sus familiares en el exterior, así como en los hombres que intentaban rescatarles. De todas maneras, hay muchos personajes, con lo cual no hay tiempo para recrearse en el sentimentalismo y lo lacrimógeno. En ese sentido está algo mejor que “World Trade Center” (por compararla con alguna parecida).
Como es de esperar, se nos muestra nuevamente la codicia del ser humano (empresarios que no gastan en seguridad lo que deberían), y lo terrible que tiene que ser pasar hambre. Por cierto, la escena del banquete imaginario me ha parecido un poquitín ridícula.
La película está bien hecha y bien contada. Los actores cumplen sobradamente y es capaz de transmitir interés y empatía con los personajes. Pero me deja la sensación de que, aun estando bien, podría haber estado mejor, así como que es un poco más larga de lo necesario.
De todas formas creo que los supervivientes pueden estar contentos por cómo se ha contado su periplo.