Thriller insulso el que nos ofrece esta coproducción hispano-argentina en la que Ariadna Gil es acosada telefónicamente por un turbio asunto de su pasado.
Películas de intriga en las que el protagonista es víctima de acoso por un matón o psicópata hay muchas, pero pocas he visto que lo desarrollen tan mal como ésta.
Para empezar, Ariadna Gil no actúa demasiado bien aquí. Casi siempre está impasible y su rostro con labios operados no transmite demasiadas emociones. Yo creo que si a mí me estuvieran amenazando de muerte, estaría más nervioso de lo que ella lo está.
Luego tenemos el desarrollo argumental, en el que no pasan demasiadas cosas interesantes. El acosador le obliga a hacer cosas, pero nada de ello emociona mucho, y hay grandes tramos de la película en la que todo se desvía al plano personal. Esto no dice mucho en favor de un film que además de tardar en arrancar, es corto.
A todo esto se añade un sonido nefasto. Si ya muchas películas españolas se escuchan mal, aquí tenemos además que todos los actores son argentinos, y con su acento y el mal sonido todo se entiende fatal.
Por cierto que Ariadna Gil habla castellano con construcciones y formas argentinas, y en cierto momento se le pega el acento, así sin más. No es creíble.
El conjunto es bastante aburrido, con muy pocas sorpresas, y algunas predecibles, que no merece la pena ver.