No está nada mal la idea de enfocar un exorcismo desde el punto de vista de una investigación periodística. Si con un juicio (en la película de Emily Rose) funcionó la cosa, ¿por qué no probar con un reportaje para la prensa?
También hay que reconocer que la ambientación en Rumanía, con sus pueblos, iglesias, castillos y folklore, le dan un toque curioso y original. Pero por desgracia, ahí se queda todo lo bueno.
Las entrevistas que va haciendo la protagonista terminan siendo bastante menos interesantes de lo que deberían. Pasan más tiempo hablando que haciendo recreaciones con "flashbacks", que siempre es mejor.
El terror brilla mucho por su ausencia. Todos los sustos se quedan en bastante poca cosa. Desde luego deja mucho que desear en ese sentido. Unas lentillas negras, unas cuantas puertas que se mueven y unas moscas muertas (porque muy poco más se ve), no son suficientes para provocar pesadillas, precisamente.
Por otro lado, las conversaciones sobre la fe no son tampoco como de entrevista de Jesús Quintero ni mucho menos.
Además, no se puede decir que cuente con un trabajo técnico o artístico de Óscar. El nivel de calidad es más propio de un telefilm o episodio de serie sin mucho presupuesto, que de una película para el cine. He visto capítulos de "Sobrenatural" que le dan mil vueltas en todo.
El montaje y realización son bastante penosos. Un ejemplo es cuando la protagonista tiene el sueño húmedo, se despierta y se ve que tiene la camisa desabrochada, y en un cambio de plano rapidísimo, de golpe tiene ya todos los botones puestos. O la patética escena en el campo de cultivo, en la que ella vuelve corriendo a la carretera y por casualidad el primer coche que pasa a esa hora de la noche y justo por ahí es el del cura. ¿No había dinero para pagar a extras? Y como esos, un montón de fallos, por no decir que la película entera es un fallo.
Es objetivamente mala y llega a aburrir por momentos, incluso durando solo 89 minutos. Está claro que la mayoría de los exorcismos del cine no salen bien, o al menos los de serie B, que ya son muchos.