Pasada ya la moda de las adaptaciones de sagas de libros tipo "Harry Potter", ahora nos encontramos ante una avalancha de adaptaciones de ciencia ficción juvenil tipo "Juegos del hambre".
Tan solo el tono y estilo es lo que tienen en común, ciertamente, con lo cual recuerda a la saga de Jennifer Lawrence, pero sin ser una copia ni mucho menos.
Unos jóvenes desmemoriados se despiertan en un claro de bosque, absolutamente rodeados por un gigantesco laberinto controlado por no se sabe quién y en el que habitan unas extrañas criaturas.
El protagonista es el típico rebelde de pensamiento libre que no se conforma con acatar las normas sino que quiere satisfacer su curiosidad descubriendo los misterios de este lugar. Y la película consigue transmitirnos esa intriga casi desde el principio. El argumento juega con el misterio y las ganas de saber qué está pasando y por qué.
Efectos especiales y escenas de acción (con demasiado movimiento de cámara, todo hay que decirlo) se combinan con la ya típica moralina social del comportamiento colectivo en situaciones de supervivencia y los también típicos conflictos entre ser sumiso y conforme a las normas o romper con todo para conseguir algo de libertad.
Los chavales lo hacen bastante bien. A algunos ya les he visto antes y a otros no, pero todos hacen un papel creíble.
La película tiene un ritmo muy bieno según el cual no dejan de pasar cosas interesantes. Va al grano y no tiene ni un segundo de tiempo muerto, algo que siempre es de agradecer en el cine comercial actual. También dura lo que tiene que durar, sin alargar artificialmente el argumento, con lo que es entretenida de principio a fin y nunca aburre.
Lo que me ha llamado la atención es el uso de palabrotas y que estos jóvenes maten y mueran lo que haga falta. Ya "El señor de las moscas" se ha quedado bastante "light".