Es curioso lo desigual que llega a ser esta serie. Por un lado engancha enormemente y es sumamente entretenida. Además los giros de guión casi siempre impactan. Por otro lado es muy complicado seguir la cuenta de los numerosísimos fallos de guión a lo largo de sus dos temporadas. Ese propósito de complicar y crear complejidad en la trama, deriva en cosas tan absurdas como poner de infiltrada a la policía que más conocen los
de la banda donde se infiltra, y que se tape la cara para que no la reconozcan ( vaya no me esperaba que supieran quien soy), o estar embarazada de 3 meses y que el padre sea alguien con el que se acostó hace más de 6. Que nos hemos pasado en la afección del alzheimer en Nemo y casi no puede aportar nada a la serie por su estado, pues nos inventamos un tratamiento experimental que le devuelva algo de lucidez. Por no hablar de la inteligencia e ingenuidad de Lara, quien creo que todavía tiene dudas de que su padre es un traficante de drogas.. La primera temporada era discutible, esta ya no se sostiene.

Por otro lado, la serie oscila entre el tema de la droga y una temática culebronesca a la que le añaden mejicanos y colombianos ( por si había alguna duda).

Guión inverosimil, y temática de culebrón que hace, no obstante, que no puedas apartar los ojos de la pantalla. Te entretiene y te deja con ganas para ver el siguiente. Hay actores buenos con los que empatizas y sus giros de guión te dejan sorpendido. Es como una hamburguesa de una cadena de comida rápida. Aunque sabes que la calidad es cuestionable, disfrutas con ella y ves con buenos ojos repetir. Te la comes sin permiso. Sabes que en el fondo es mala, pero te gusta.