He aquí otro gran ejemplo de lo que es el cine. Se aprovecha el tirón de una obra maestra como es (en mi opinión) El efecto mariposa y se caga encima del nombre.

La dirección y el guión de esta secuela están a años luz de los de la primera. Mientras que en la primera nos veíamos sorprendidos con situaciones inexplicables (Evan con el cuchillo, por ejemplo), que luego nos eran reveladas, en esta no hay el más mínimo interés. Nick es un tipo que cambia de vida unas cuantas veces, y ninguna de ells tiene sustancia (ya hay que ser desgraciado). La historia aburre y mucho. Además, el tipo no almacena recuerdos ni nada parecido: simplemente se "despierta" con una terrible jaqueca y la nariz ensangrentada y resulta que tiene una vida "diferente" (entrecomillo esto porque en realidad la vida es casi igual en cada cambio, salvando su posición en la empresa).
Los secundarios son escasos, viven de automatismos y son incapaces de tomar decisiones a no ser que el protagonista tenga algo que ver con ellas.
Lo único mínimamente salvable es el montaje, que consigue (a veces) confundir al espectador, y eso es en buena parte lo que se busca.

En resumen, otra película-parásito más. Peca de lo mismo que S. Darko. Pilla los cuatro detalles más llamativos de la anterior y olvida el fondo que hay tras ellos. Se pierde la esencia que hace grande la primera parte, y así, por muchas escenas con tías buenorras que metas, no te sale una buena película.