Una de las series sorpresa de los últimos años cimentada en el gran éxito de su manga que destaca por el dinamismo con que se mueve, la impronta que deja en sus enseñanzas y lo acertado de su trato con la madurez de sus jóvenes protagonistas.

My Hero Academia es una serie que va más allá de sus escenas de acción y procura dar una lección a lo que acontece. Además, cuenta con un sentido del humor bien nivelado con el resto de géneros que toca, porque cuando tiene que ponerse seria no duda en navegar por esos cauces. Aún así, y vista hasta el final de la segunda temporada, cuenta con un puñado de personajes carismáticos que hacen que la serie no decaiga en ningún momento y cuyo fuerte es el de demostrar que la mejoría de sus protagonistas siempre está ahí. La animación que pone en pantalla es muy dinámica y las escenas de acción son espectaculares, muy destructivas eso sí, pero de un grado de satisfacción muy amplio.

Esta serie de héroes ha llegado para quedarse durante una temporada y va más allá de los efectos poderosos de sus protagonistas, incidiendo en la psique de cada uno y en sus razones por estar ahí, al pie del cañón ante el mal que acecha en cada una de las esquinas que pueblan la gran ciudad de Japón.