Pues no, Wes Craven haciendo un drama sin asesinos psicópatas, hombres lobo ni Freddy. Quién lo iba a decir. Y lo más sorprendente es que no lo hace nada mal teniendo en cuenta la historia que cuenta (valga la redundancia).
La película en sí nos muestra los momentos más importantes en la vida de Roberta, una violinista que por azares varios acaba de profesora de violín en un colegio público de un barrio obrero. Todos esos "momentos" tratan básicamente de lo mismo: no hay dinero y se necesita con urgencia. La diferencia es que según avanza la película, la solución se va volviendo cada vez más extraordinaria, llegando incluso a escaparse de las manos de los personajes y resultar un poco "increíbles" (sobre todo el final, que si no llega a estar basado en una historia real pensaría que esta vez sí que se le ha ido la pinza del todo al señor Craven).
Los actores están en su línea tirando a bien (sorprende gratamente Gloria Estefan en un minipapel). La historia no decae en interés gracias sobre todo a esa distribución en pequeñas historietas que aumentan la complejidad con una curva muy suavecita pero en constante ascenso. Y la música acompaña y agrada en todo momento (piezas clásicas de violín de esas que casi ninguno sabemos como se llaman pero que todos reconocemos en cuanto las escuchamos).
Resumiendo, que el señor Craven se puede dedicar a esto del cine "serio" sin problema, y que esta es una película entretenida e ideal para ver con la novia en un día tonto de esos de no tener ganas de salir.