Hay un tipo de presuntos cinéfilos a los que les encanta encontrar el mensaje subliminal oculto en los guiones del cine polaco contemporáneo. Puedes encontrarles pasando tardes enteras en esos pequeños habitáculos llamado Cineclubes, donde se recrean, hasta la excitación, con un plano de cuatro minutos en el que un tío mira como pasa un tren. Siempre he pensado que cuando vuelven a casa se ponen la saga de Rambo para desahogarse, o algo así.
Hay que ser, no un esnob, sino un auténtico maestro del esnobismo, para soltar una sola frase que aconseje dejarse pasta para ver eso a lo que Lanthimos le llama cine. Ya me puso de los nervios con Canino, esa supuesta obra de arte que, igual que Alps, no es más que un gazpacho mental sin sentido, pretencioso y aburridísimo. Por muy original que pueda parecer el tema, en cuanto este tío intenta... bueno... dice intentar desarrollarlo, se acabó el tema. Ya no hay tema, solo un batiburrillo de imágenes sin sentido, ideadas (seguro que sobre la marcha) por un director que se muere por oír decir de sí mismo "es que hace cine de autor". Lanthimos es de esos cineastas (eso dicen) que no es que sea original, sino que lo fuerza todo para parecérselo a pseudo-intelectualoides que no ligan.

"Entre Bastidores", viernes 18:00 h. en Radio Tomares (92.0 FM Sevilla y www.tomares.es)