Tercera película de la franquicia "Mercenarios", creada por Sylvester Stallone y que tan buenos dividendos (y bien que me alegro) le está dando.
Y es que el bueno de Stallone ya es un amigo para las viejas generaciones, que crecimos con sus "Rockys" y sus "Rambos", amén de otros filmes, a veces bien distintos entre sí.
En esta ocasión no se aparta mucho del camino ya establecido, aunque sí que hay algunos cambios, sobre todo en cuanto a personajes, ya que se incorporan elementos nuevos, "dando la baja" a los ya "antiguos", a quienes los jóvenes parece que retirarán. Por supuesto que no será así y que todos juntos se unirán para acabar con el malo (en esta ocasión un Mel Gibson que parece lo pasa de aúpa). Como el resto de sus compañeros.
Escenas de acción bien filmadas, sin aportar nada nuevo, y un humor peculiar, a cargo sobre todo de nuestro Antonio Banderas, en el papel de plasta, aunque, cómo no, valiente y decidido, amén de seductor. Y es que no para de hablar, imitando a su "gato con botas" y su "El zorro", dos de sus mejores trabajos en el cine yanqui, lo que dice bastante su trabajo allí (otra cosa bien distinta son sus trabajos en el teatro y musicales, amén de la televisión ("Zapata", todos estos excelentes).
En resumidas cuentas, que el respetable pasa el rato pues le dan lo que le prometen en la publicidad y ya sabe más o menos, lo que verá. A nadie engañan.