Como bien dice la publicidad, se trata de un remake de la afortunada película noruega "Uno tras otro", dirigida por el mismo Hans Petter Moland que, por tanto, repite tras las cámaras.
Y lo hace de nuevo con solvencia y prestancia, introduciendo algunos cambios junto con otras escenas, como la parte final, prácticamente calcadas.
Sigue existiendo el humor socarrón, con esas cruces con el nombre del finado, cada vez que se produce una muerte.
Por lo demás, la presencia de Liam Neeson otorga personalidad al protagonista, en medio de una historia verosímil aunque no muy creíble en términos generales, pero que hace pasar un rato francamente entretenido.
Es vistosa pues, con eficaz ritmo y ajustadas interpretaciones.
Veremos si Petter Moland con este trabajo logra introducirse en el cine made in USA, que supongo fue su objetivo al repetir en la misma operación. Otro motivo no se lo veo, francamente.

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