Buena película española dirigida por el dos veces oscarizado (él no, sus películas) Asghar Farhadi.
Aquí parece quizás alejarse un tanto de su universo particular pero si se reflexiona un poco se comprueba que sigue por esos caminos sinuosos, peligrosos, tan cotidianos como en el fondo falsos y llenos de rencores, traiciones y dramas internos que al final hieren a todos y cada uno de los personajes.
La historia, muy interesante, va tranquila, sin prisas, con un primer tercio más bien costumbrista donde vamos conociendo a la gran familia protagonista. Más tarde acontece el hecho criminal que removerá las entrañas del pasado para surgir como Ángel del Infierno para hacer rendir cuentas a quienes se pongan en su camino. Y un tercio final donde asistimos a la finalización de la historia, que al parecer no ha gustado a algunos críticos quizás por ser presuntamente facilón pero que a mi me ha parecido creíble dados los acontecimientos.
Está muy bien interpretada por Bardem y una Penélope Cruz sufriente y el resto le acompaña magníficamente, sobre todo un una vez más excelente Eduard Fernández.
El argumento se sostiene a pesar de que hacia la mitad, algo antes de la aparición del personaje de Ricardo Darín, cae el ritmo y parece ralentizarse la historia. Pero luego se retoma con más fuerza y ahínco, sacando los demonios y secretos que pudieran determinar un fatal desenlace o quizás antes al contrario.
Buena ambientación y aspectos técnicos como la maravillosa fotografía a cargo del gran José Luis Alcaine, son de recibo.
En mi opinión, muy interesante y entretenida, también da motivos para un posterior quórum.

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