Si hace unos meses por fin me decidí a ver una película que dio mucho que hablar en su momento como fue "Infiel", con unos extraordinarios Richard Gere, Olivier Martínez y Diane Lane y me encantó de tal manera que no me canso de verla, ahora he descubierto esta joya también de la década del 2000 a la que tampoco le había dedicado antes tiempo y que también fue un éxito en su estreno.

La película me encanta, así de simple, no me canso de verla, a pesar de su larga duración, cada vez que la veo le encuentro pequeños detalles nuevos que me hacen disfrutarla y me parece un trabajo muy bueno de un director que rara vez defrauda como es Robert Zemeckis, el creador de joyitas como la saga de "Regreso al futuro" o "Náufrago".

Precisamente, Zemeckis decidió rodar esta película durante el parón que tuvo que hacer en el rodaje de "Náufrago" ya que necesitaba que Tom Hanks comenzara a perder kilos de una manera bestial para poder hacer creíble a su personaje, así que allá que se embarcó el director en esta maravilla, en claro homenaje al rey del suspense, el director británico Alfred Hitchcock.

Zemeckis tenía en mente desde el principio a la bella Michelle Pfeiffer y al guapo Harrison Ford para sus papeles protagonistas, una pareja con gran química en pantalla, sinceramente, y la jugada le salió estupenda.

Ya sabemos que este director tiene tendencia a utilizar unos maravillosos efectos especiales en sus trabajos y aquí ha conseguido dar miedo de verdad con todos esos efectos tan bien logrados, la historia es maravillosa, el enclave utilizado con esa casa en el lago no podía se más idóneo y los actores están que se salen. Pfeiffer está fascinante como Claire, Ford más que correcto como Norman.

Os la recomiendo, sin duda.
Un saludo,
Tess