Extraña experiencia la de estar una noche junto a Charly en sesiones de grabación de La Hija de la Lagrima. Aquí se puede ver por un lado al genio incontestable, sagaz, divertido y tremendamente emocional (la interpretación al piano en el final desborda talento y sensibilidad), y asoman entre las sombras esas gotas de Mercurio, la locura de Mr Say No More. El documental en sí no tiene grandes conclusiones y tampoco nos lleva a ellas, tiene más la intención de mostrar lo que ocurría en aquellas sesiones, un poco la relación entre los músicos y lo tremendamente complicadas y sin orden aparente que eran las grabaciones de Charly. Un genio loco eterno.