En esta película, Pop a tope, Juan Pardo, compositor y cantante, interpreta a un personaje que podía ser él mismo en los inicios de su carrera. Aunque no lo es porque Juan Pardo en su juventud creo que debió ser una persona bastante más alegre. La película tiene una trama elemental con un Jesús Puente haciendo de productor musical, un hueso pero con buen corazón, y José María Iñigo haciendo de sí mismo.

Lo que la hace fuerte son los números musicales. La verdad, las canciones del verano y demás éxitos de los años 60 tenían una alegría y un ritmo, o un no sé qué, que rápidamente las hicieron populares y no estoy equivocado porque incluso hoy, alguna, todavía se escucha por ahí.

Sencillas, carentes de pretenciosidad y con letra pegadiza son canciones exitosas que se pueden escuchar en la película con sus intérpretes originales, ya sean Los Ángeles o los fenómenos de Fórmula V.

El papel de Juan, como cantautor es lo más flojo. El típico tristón que ve cómo la mujer que le gusta parece que se le escapa de su lado ante el éxito. Juan se pone de morritos todo el rato y ella, Ivana, se hace la santa para que le perdone. He tratado de averiguar el nombre de Ivana, nombre artístico en la realidad y en la película (Marcela como nombre del personaje en la película), no he podido y ya paso de buscar más. Lanzó al mercado algún single pero no tuvo mucho éxito dicen por ahí.

La alegría y desparpajo de Ivana contrasta con el cansino (pero necesario) espíritu del personaje de Juan, pero por desgracia el par de canciones que canta la rubia son bastante rollo. Lo mejor: Ivana como guapa artista y los dos grupos punteros de aquel entonces. Fórmula V y su Cenicienta, una pasada. La película, ya sea por las canciones, los artistas y los actores que salen, creo que tiene bastante valor.