Excelente superproducción para disfrutar a lo grande, brillante y con humor del bueno, del imperecedero. Empieza con un asunto turbio entre bandas mafiosas que hace pensar en otra cosa pero pronto se centra la historia en Annie la de las Manzanas de la suerte. Nuestro querido Glenn Ford está sencillamente fantástico llevando la dirección de este encantador entuerto. Un mafioso muy supersticioso. Y digamos que mucha culpa la tiene el inolvidable Peter Falk haciendo de su secuaz. Tomas Mitchell de picaresco juez, y el atractivo de las demás estrellas que aparecen ya desbordan todo lo previsible.

No se hace larga. Un mundo imposible en el que la peble y el hampa conquista el corazón del espectador mezclándose con el mundo aristocrático europeo y la clase alta y poderosa de Nueva York. Inaudito pero es que es así. Bette Davis, prodigiosa, logra el punto alto emocionante aunque ya desde mucho antes la fibra sensible la tienes tocada.

Pues sí, una superproducción de las de antes, rompiendo moldes, que te apartará de la realidad, que te engañará con el tema de las apariencias que te dice lo importante que es el corazón de las personas, pero es que uno se deja engañar y se dejará engañar toda la vida.